Fuimos parte de la laguna mental más falsa que existe,
Tu finges demencia, yo finjo que tu no fuiste.
Blandimos espadas para de los sentidos protegernos,
Las barreras ya no alcanzan, pero sigues alzando muros eternos.
Fingiendo que no recuerdo, diciéndome que tú tampoco,
Porque aun sabiendo que bien recuerdas,
Decir que no es así duele menos que ir a sabiendas,
Que, a pesar de recordar, simplemente te alejas.
La cúspide fue verte con ella, reconocer de tus ojos la mirada.
“La mirada”, esa mirada, que yo conozco bien, porque sé lo que precede,
Solo que esta vez no es conmigo que pasa lo que sucede.
Le besas la frente y el alcohol me lo bebo yo sola,
Con ella no lo necesitas, al fin y al cabo, comienzo a preguntarme
¿será beber mi pretexto para besarte? O al contrario ¿será besarte mi pretexto para beber?