Me preocupa el mundo.
Me preocupa como está.
Segura estoy que a ti también te ha de preocupar.
Ah, pero qué preocupados estamos todos por esta humanidad.
Me preocupa que hemos explotado hasta la última raÃz viva para convertirla en Capital.
Me preocupa que con tanto caos, quizás no llegaremos a ser viejos.
Me entristece pensar en todos los sueños que aún tengo, y que me preocupa pensar en ellos como inconclusos.
Me avergüenza no poder evitar abordar la tragedia desde mi egoÃsmo y la afección del declÃve del planeta en mi insignificancia.
Me preocupan las visiones truncas de la vida que deseaba.
Me preocupa que se esta acabando el aire que respiro.
Y me preocupa, sobre todo, que ya es demasiado tarde para que me preocupe.
Y a ti, y a él, y generaciones completas.
Quiero hacer algo, pero ¿qué queda por hacer?
No mucho, mas que desear haberme preocupado hace unos años.
Pero ¿cómo preocuparme? Si entonces no pasaba nada, si entonces nada más eran rÃos los que se contaminaban, nada más eran plantas las que ardÃan, nada más eran animales los que morÃan.
Me avergüenza ser tan egoÃsta,
porque me preocupé solamente cuando vi que la catástrofe me alcanzarÃa antes de partir.
No me preocupa el mundo,
no me preocupa cómo está.
Segura estoy que a ti tampoco te ha de preocupar.
Te preocupa tu mundo,
te preocupa cómo estará para ti,
te preocupa cómo afectará tu vida, y nada más.
Ah, pero qué preocupados estamos todos por esta humanidad.