top of page
Buscar
  • Foto del escritorjessiram98

El viaje que nunca existió

Jessica Ramírez R.

Se escuchó un estruendoso crujir, seguido de otros crujidos más pequeños, producidos por el peso de sus pies sobre los añicos del vidrio del vaso que acababa de resbalar de sus manos. Temblaba y puso sus manos sobre su cabeza, apartando la vista, adquiriendo una posición fetal, con evidente espanto y una ambigua confusión.

- Mírame- lanzó una mirada de reojo y la apartó inmediatamente- ¡Mírame otra vez! -exigí.

Me miró temeroso y aun temblando, analizándome de pies a cabeza, enfocado en mi frente y torso mallugados.

- ¿Quién eres? – susurró.

- ¿Quién soy? -sus palabras fueron un dolor agudo en el pecho, casi como experimentar un dolor físico real- Ah, eso es lo que más me duele. Mírame a los ojos, ¿No me recuerdas?

- No sé quién seas tú, debes estar equivocada. Déjame por favor, no tengo intención de ser grosero, pero no te conozco.

- Pero es que sí me conoces. Si apenas hace unos meses caminábamos por estos mismos pasillos. Apenas hace unos meses aún me tomabas de la mano y me besabas con ternura, ¿Acaso ya no te acuerdas?

- Lo intento, pero no. Perdón. No he traído mujer a este lugar antes.

Sentí un profundo vacío, habría derramado una lágrima, de haber podido hacerlo.

Lo miré con profunda tristeza, mezclada con rabia, sin exceptuar el cariño y añoranza. A modo de respuesta solo obtenía su aún aterrado semblante, fijo en la herida latente de mi frente. Saqué unos trozos de cristal quebrado de mi frente; la sangre había dejado de manar de ella hace mucho, pero la herida aún parecía estar fresca. Bajé la mirada y continué.

- Yo sí recuerdo ese día como si fuera ayer. De hecho, revivo ese día interminablemente. Vivo en retrospectiva permanente.

- “Recuerdo cuando salimos de esta misma puerta; tú tomaste las llaves del coche presuroso y te adelantaste, recuerdo que estabas enojado porque yo subí una vez más porque había olvidado mi collar preferido- me aproximé a él sujetando suavemente la cadena que colgaba de mi cuello, notando que, a pesar de continuar a la defensiva, comenzaba a bajar la guardia; tomé su mano en un movimiento fugaz antes de que me la quitara de golpe, pero alcancé a recorrer su cicatriz con mis gélidos dedos. -Fue un viaje corto. Más de lo que tenía que haber sido. -me detuve al detectar mi voz quebrada- Veo que te has deshecho de mis cosas; no queda rastro de que yo hubiera estado aquí.”

- ¿Quién eres? -preguntó de nuevo, pero esta vez ya no se le veía asustado, sino enternecido, entristecido, empático por la chica que se encontraba en su hogar exigiendo una remembranza con desesperación.

- Soy yo- dije sin más- ¿Sabes? No fue hasta este momento que se materializaron todos mis miedos. Ni siquiera entonces, cuando vi la luz cegadora de aquel conductor, ni siquiera entonces cuando el parabrisas se hizo añicos ante mis ojos. No. Nada de eso resultó ni remotamente tan aterrador como este momento.

“Es que supongo que uno no le tiene miedo a morir, al menos no tanto como a lo que viene después: le teme al olvido. No es tan doloroso haber muerto como ser olvidado. Marcharse sin dejar huella, eso sí es desgarrador.”

- Seguro habrás dejado huella en algún lugar.

- Creía haber dejado huella al menos en ti- Bajó la mirada, culpable por ser incapaz de recordar- Déjame preguntarte algo, Jacob. Si alguien muere y nadie lo recuerda ¿De verdad existió? Si no vivimos para dejar huella, no somos más que materia finita; somos efímeros, es verdad, pero podemos permanecer al menos en el corazón del ser amado, aunque sea por un tiempo. De esa manera podremos ser parte de este mundo, al menos hasta que llegue el inminente olvido y partamos para siempre de esta tierra, sin dejar rastro, hasta que solo la misma tierra sea la única que sepa que alguna vez la habitamos, luego de pasar a estar por debajo de ella. Si no estoy en tu mente, Jacob, no estoy en ningún lado; yo no existo y nunca existí. El viaje que tomamos aquel día nunca lo emprendimos, nunca existió y, por lo tanto, nunca terminó.

“La profunda melancolía de no existir, salvo debajo de la tierra, duele como millones de agujas. El olvido duele más que miles de trozos de cristal hecho añicos lacerando mi piel lacónica. Somos transitorios, solo que ahora me muevo de aquí a ningún lugar.

Sé que existí, porque yo lo recuerdo, porque te recuerdo a ti, pero tú no lo sabrás. Me voy para siempre, pues me perderé entre expedientes inconclusos, entre cuerpos que nadie reclama y nombres que a nadie le importa.”

-Dime tu nombre. Quizás entonces recordaré- dijo aproximándose y palpando con las falanges una pequeña cicatriz en su sien causada por una incisión- perdóname, no es nada personal. Después de la operación hay mucho que no recuerdo, hay mucho que no me quieren contar. Hay un gran periodo de mi vida que se encuentra oculta, y nadie se atreve a revelar, supongo que debe ser algo terrible. Quiero recordar, ayúdame a recordar ¿Te causé algún daño? ¿Esto ha sido culpa mía?

- Todo está bien- dije con un gesto tierno y comprensivo, alentador incluso- te perdono. Ahora me tengo que ir, fue un placer haberte conocido. Me disolveré en el tiempo y será como si nada hubiera ocurrido. Te amo, aunque me haya perdido en tus memorias y solo sea parte de tu olvido.

-Pero no tienes porqué irte todavía. Ahora no te olvidaré. Estarás en mi mente para siempre.

- ¿De verdad? – dije con una sonrisa de esperanza.

-Sí. Serás para siempre la chica muerta que no pude recordar.

107 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Un día a la vez

Vamos un día a la vez. Sí, así, como los borrachos. Sin pensar en el pasado que nos ha llevado a dónde estamos. Ni pensar en el futuro, que podría llevarnos a dónde no deseamos. (O no) Solo por hoy vi

Miénteme

Miénteme, Pero no me mientas. Mejor dicho, miénteme, pero que no parezca una mentira. Y es que la verdad no quisiera que fuera mentira, quisiera que de tu boca saliera únicamente la verdad, y que esa

CASA

Casa. Que alivio estar aquí, ¿Es realmente un alivio? Si acaso un martirio muy relajante. (A veces) Me he sorprendido a mi misma en más de una ocasión diciendo "quiero irme a mi casa". Wey, estoy en m

Post: Blog2_Post
bottom of page